Nocturna (Canción sin tiempo) (Daniel Viglietti) A esta noche de grillos le haré mal con mi luz de minero, con mi andar. Yo descubrí que las estrellas no son culpables, no son ellas las que inventaron los segundos y los minutos de este mundo. Yo comprendí que no son ellas, no son culpables las estrellas, no. A esta noche de grillos le he de dar mi violento relámpago al cantar. Yo descubrí que los planetas no son culpables de las restas, que la matanza de mi tiempo no es culpa de esos elementos, yo comprendí que no son tretas que sean obras de planetas, no. A esta noche tan hembra la he de amar con mi sexo satélite girar. Yo descubrí que la menguante luna de miel duele bastante y que entre dos todo es posible, de lo más bello a lo terrible, lo comprendí entre la amargura del lado impuro de la luna, sí. A esta noche de esclavos liberar con un pueblo de estrellas titilar. Yo descubrí que el combatiente es más honrado y más valiente cuando no olvida la ternura bajo la piel de su armadura, lo comprendí ante la hermosura del lado claro de la luna, sí. Esta noche sin horas partirá porque el tiempo no existe en mi cantar y la muerte no sabe mi reloj, su guadaña no puede con mi amor. Yo descubrí que las estrellas no son culpables, no son ellas las que inventaron los segundos y los minutos de este mundo. Yo descubrí que no son ellas, no son culpables las estrellas, no.
Vamos a andar (Silvio Rodríguez) Vamos a andar en verso y vida tintos levantando el recinto del pan y la verdad. Vamos a andar matando el egoísmo para que por lo mismo reviva la amistad. Vamos a andar hundiendo al poderoso alzando al perezoso sumando a los demás. Vamos a andar con todas las banderas trenzadas de manera que no haya soledad. Vamos a andar para llegar a la vida. (1978)
Son los sueños todavía (Gerardo Alfonso) Tú subías desde el Cono Sur y venías desde antes, con el amor al mundo bien adentro. Fue una estrella quien te puso aquí y te hizo de este pueblo. De gratitud nacieron muchos hombres que igual que tú, no querían que te fueras y son otros desde entonces. Después de tanto tiempo y tanta tempestad seguimos para siempre este camino largo, largo por donde tú vas, por donde tú vas. El fin de siglo anuncia una vieja verdad, los buenos y los malos tiempos hacen una parte de la realidad, de la realidad. Yo sabía bien que ibas a volver, que ibas a volver de cualquier lugar, porque el dolor no ha matado a la utopía, porque el amor es eterno y la gente que te ama no te olvida. Tú sabías bien desde aquella vez que ibas a crecer, que ibas a quedar, porque la fe clara limpia las heridas, porque tu espíritu es humilde y reencarnas en los pobres y en sus vidas. Son los sueños todavía los que tiran de la gente, como un imán que los une cada día. No se trata de molinos, no se trata de un Quijote, algo se templa en el alma de los hombres, una virtud que se eleva por encima de los títulos y nombres. (1996)